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Regulación del cabezal CM 2020.

La importancia de reducir las pérdidas de granos y de rentabilidad.

En el proceso de cosecha, las pérdidas se dividen en dos grandes grupos: pérdidas de pre-cosecha y pérdidas de cosecha.

En el caso del Maíz, dentro de las pérdidas de pre-cosecha, se encuentran las originadas por plantas caídas debido a factores climáticos y/o plagas. También están las plantas tumbadas de cierta manera que el cabezal no las pueda recolectar, por ejemplo, las que están en la misma dirección de la hilera del cultivo. Por último, están las espigas caídas por factores biológicos o climáticos.

En pérdidas de cosecha, encontramos los factores mecánicos, de regulación y velocidad que tienen como resultado pérdidas por cabezal o bien pérdidas por cola de la cosechadora.

Las pérdidas, más allá del motivo que las provoque, siempre van a repercutir en la rentabilidad monetaria del cultivo. Lograr una regulación a conciencia, nos permitirá tener cierto control sobre aquellos los aspectos mecánicos que pueden incidir en el porcentual de pérdidas.

Mirá estos videos para orientarte en cómo regular tu cabezal de manera efectiva y fácil de realizar:

La importancia de una correcta regulación del cabezal.

Una correcta regulación del cabezal es fundamental para reducir el porcentaje de pérdidas, tanto de granos como de rentabilidad.

Dentro de las pérdidas de cosecha, el 82% se da por desgrane de las espigas, principalmente por parte de los rolos. Esto ocurre por una mala regulación de las chapas espigadoras.

También, está demostrado que la eficiencia de recolección del cabezal es la clave para reducir pérdidas, dado que, entre el 70 – 75% de las pérdidas totales por cosechadora se dan en el proceso de recolección.

Antes de comenzar con la regulación, es muy importante caminar el lote y relevar el estado de las plantas. Se debe prestar especial atención al tamaño de las espigas, grosor de la caña y porcentaje de plantas volcadas.

Para comenzar con la regulación, se debe recolectar del lote 3 espigas promedio de tamaño chico, mediano y grande que nos servirán a modo referencial. Como así también, la planta de la espiga grande para tomar como referencia el grosor máximo de caña que hay en el lote.

Esta información que obtenemos del lote es muy importante para regular adecuadamente la apertura de las chapas cubre rolos. Dicho espacio debe permitir el paso del tamaño máximo de caña del lote y a su vez poder retener la espiga más chica en promedio. Si no hay retención de espigas, éstas pasan a los rolos y se produce las pérdidas por desgrane en cabezal.

La caracterización que hicimos del lote, también nos sirve para determinar la “zona de espigado”. O sea, el lugar donde se va a arrancar la espiga de la planta y que va a caer sobre las chapas cubre rolos.

En trabajos realizados por el Grupo de Mecanización Agrícola del INTA de Concepción del Uruguay, liderado por el Ing. Agr. Hernán Ferrari, la chapa cubre rolo se debe dividir en 4 secciones, donde la sección 1ra es la más alejada a la cabina de la cosechadora y la 4ta es la más cercana.

El desprendimiento óptimo se da en la sección 3ra, donde los ensayos dieron que solo el 0,6% de las espigas caen fuera del cabezal. Si las espigas se desprenden en la 1ra. sección, el 30% caen fuera del cabezal. En el caso de que el espigado ocurra en la sección 4ta, aumenta el volumen de alimento no grano que entra a la máquina por el embocador debido a que la planta es cortada por la parte final del cuerpo recolector. Esto produce un aumento de pérdidas por cola de la máquina.

Para que el espigado se dé en la sección 3ra, debemos tener en cuenta algunos factores tales como:

  • Velocidad de los rolos destroncadores. Si están muy lentos (en relación a la velocidad de avance de la cosechadora) el espigado se produce muy atrás, con el consiguiente aumento de perdida por cola de la máquina. En el caso que los rolos giren más rápido que la velocidad de avance de la máquina, el espigado se produce muy adelante haciendo que las espigas caigan fuera del cabezal.
  • Establecer la velocidad de avance de la máquina queda en evidencia que es clave, y para esto tenemos que tener en cuenta la capacidad de trilla de la cosechadora, la densidad del cultivo y el estado de las plantas (si hay alto % de plantas volcadas que el cabezal pueda captar o no).
  • Otro factor a tener en cuenta es la altura del cabezal. Se debe encontrar la distancia adecuada entre las chapas cubre rolos y la inserción de la espiga en la planta. En lotes normales, lo recomendable es que se trabaje a unos 10-15 cm por debajo de la altura de inserción de la espiga. A mayor distancia, el desprendimiento se da más atrás. A menor distancia ocurre lo contrario, muy adelante.
  • Por último, se debe considerar el ángulo que forma el cabezal o el puntón con respecto al suelo, lo que se conoce como el ángulo de ataque del cabezal. En el caso del cabezal CM 2020, el ángulo de ataque será entre 20 y 26 grados respecto del piso.

Fuente:

  • INTA Concepción del Uruguay, Entre Rios.
  • Dpto. de Desarrollo de Máquinas Agrícolas OMBU.
  • Dpto. de Extensionismo Agropecuario de Máquinas Agrícolas OMBU.